14 junio 2019

80 años

Imágen propiedad de AMEDE San Fernando editada por Delia Govantes

Lentamente, con cuidado,
con paciencia infinita,
desenterramos décadas de olvido.
Piedra a piedra,
con la pala, con las manos, con los dedos
Con el alma.

Palmo a palmo vamos descendiendo
hasta encontrar tus restos.
Alguien que amó y fue amado
Alguien que se levantaba cada mañana
Alguien que llevaba ese día
unas pocas monedas en el bolsillo.
Alguien que tal vez no pensó al despertar
que ese sería el último sol que vería alzarse sobre La Isla.

Ochenta años son suficientes
para estar con la boca llena de tierra,
tronchado sobre el suelo como una madeja de huesos,
aplastados por décadas de desmemoria
o recordado sólo en voz baja,
la sepultura marcada con una cruz invisible
en el último rincón del cementerio.

Ahora
Tu silueta se dibuja incrustada en el suelo
y vamos rescatando uno a uno tus huesos,
unas monedas, un botón, una bala.
Recomponemos los fragmentos quebrados
de tu humanidad deshecha,
y lo hacemos lentamente.
Porque ellos tuvieron prisa
nosotros no la tenemos.

Poco a poco limpiamos tus huesos,
con cuidado, con delicadeza, con amor,
con todo eso que no tuviste.
Porque ellos te mancillaron
nosotros te honramos
al tomar cada uno de tus huesos entre las manos,
como un tesoro frágil y precioso,
la arquitectura sagrada de tu cuerpo,
el armazón de lo que un día fue un hombre.

Desenterramos los pies que te sostuvieron,
las manos que acariciaron a un ser amado,
la mandíbula que hizo posible tu risa.
Y te honramos en cada gesto,
te honramos mientras limpiamos la tierra
y la memoria.
Porque ellos te robaron la dignidad
nosotros te la devolvemos.

Y sonreímos, amamos, acariciamos
Igual que tú lo hacías
Y hablamos, ya no callamos,
Porque se acabó el silencio para todos.

Porque ochenta años con la boca llena de tierra
Son suficientes.

Delia Govantes Romero, en San Fernando (Cádiz). 2018.

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