20 julio 2019

Llanto para un eclipse

"Principio y fin de algún mundo". Delia Govantes Romero

Domingo, lunes
qué más da
solo una extrañeza solo
saber que algo va
mal 
Que todo se desliza que la realidad 
se disuelve 
como un helado al sol 
grotesca y pegajosa 
Me tengo que ir tengo 
que buscar un 
Faro 
Faro al anochecer 
crisálida cuajada de luz cuando aún 
la luz no ha desaparecido cuando aún 
el mundo está en su lugar cuando aún 
las cosas tienen definición 
Todo será mejor si puedo estar 
viendo el anochecer, 
el despertar dorado de la crisálida de algún faro 
sobre el acantilado 
sentada
sobre todos los límites 
en la encrucijada del mar 
y el cielo 
y la tierra 
y mi alma 
Eso son los faros 
Encrucijadas 
anclas 
lugares marcados para aferrarse 
Cuando ya 
las estrellas se quedaron a vivir 
en otros cielos 
todas tapando la inexistente negrura del firmamento 
de África 
y ya ni la luna se asoma 
por mi barrio 
a no ser 
para tapar el sol y conseguir 
que las sombras 
crezcan a deshoras tras las tapias 
y se escondan por los soportales 
y se alarguen buscando cobijo 
en el asfalto 
mimetizadas con las manchas de aceite 
de los coches 
Eclipse 
Faro 
y el mundo deshaciéndose 
oscilando mientras la realidad desaparece 
Cuándo estaremos preparados 
para esta disolución 
y el vacío 
o la totalidad 
Hay un vértigo en espiral de flores muertas 
y un torbellino de pipas de girasol por las esquinas 
de la certeza 
Solo hay que dar media vuelta y conducir hasta el faro 
donde hay límites, encrucijadas 
en el fin de todos los mundos posibles 
definidos en ese fin con la luz 
que se concreta y se crece y se hace 
la dueña de todo lo que tiene 
algún sentido 
Treinta grados que saben a cincuenta 
en este verano indio, en este veranillo 
del membrillo 
San Martín, la vendimia 
y su puta madre 
la tristeza me deja en la boca sabor 
a hierbabuena 
a sal 
a tabaco mojado 
Desde la evaporación de la ausencia y la nada 
solo veo el faro creo que allí 
me calmaría 
de este dolor de relojes 
andando hacia atrás 
de este cansancio de horas 
desparramadas 
Yo no soy yo y la verdad no existe 
más allá de los relojes que no marcan nada 
más allá de las preguntas no hay respuestas 
más allá de las respuestas no hay respuestas 
y las estrellas no viven en mi barrio 
que es un monstruo enfermo que mira hacia el suelo 
mientras los confines se disuelven y todo se convierte 
en un espeso torbellino de tijeras 
cortando las esquinas de lo posible 
Me quiere no me quiere 
no te quiere, no te quiere, no te quiere 
o te quiere qué más da 
si no existe un solo momento de verdad entre nosotros 
y aunque tu sombra crezca no habrá forma de que me des 
la mano 
mas allá del faro 
mas allá del faro 
La luna se ha asomado 
tan solo para tapar el sol 
como un ojo ciego 
Bebamos el vino ahora
volvámonos locos ahora
porque 
después de este instante todo va a estallar 
en un arcoíris perfecto de desangradas risas 
y desaparecerán nuestros infiernos privados 
y empezaremos de nuevo 
Solo el faro gira y gira 
constante 
marcando la encrucijada, marcando 
todos los límites 
marcando 
la esquinita por donde terminará de arder 
La realidad.