09 abril 2017

La visita inesperada

En sueños. Apareció ÉL. No se parecía al que yo esperaba. Me dijo, aquí estoy, he llegado, SOY YO. Le dije, No es tu piel, ni tu pelo, ni tus ojos. Me dijo, No me pude traer esos atributos. Sentí que era ÉL y que también era OTRO. Me abrazó y me besó y me habló como Aquel Que Ama Mi Corazón. Pero no era su piel ni su pelo ni sus ojos. Y más adentro pude sentir al OTRO, como una presencia burlona. Le dije, No me reflejo, no son tus ojos de estrellas. Y me aparté de ÉL. Me dijo, Tu apego a lo aparente no te deja sentir la esencia.

Me dividí en dos que discutían. UNA percibía claramente la presencia de un OTRO que no debía estar. La OTRA creía la verdad que contenía la afirmación de ÉL. ¿Apegados a la estructura de lo aparente nos aferramos a la piel, al pelo, a los ojos, sin ser capaces de ver más allá?


Me quedé sola. Un ser único suspendido en el cosmos, creando universos, viviendo su sueño. Contenida y continente de todo lo posible. Contingente. El Todo. El punto. El SER.

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